Mi relación con Steven Wilson es pasional, no hay compromiso de por medio, casi que ni existe, es puro y mero placer momentaneo y fútil, mientras que él es el activo, yo soy el pasivo, soy su fiel esclavo, servil y pueril: soy su hijo también.
Él me abraza, yo lo dejo, su lengua entra por mis oídos mientras su voz se pierde en cada rincón de mi cabeza, ¿Pero dije su voz? lo siento, quise decir, sus voces, pues son varias, son infinitas y eternas. Cada movimiento de su cuerpo me quema, me abrasa, me congela y me hace tiritar de admiración, pasional como lo dije hace un rato, cuando comenzó la canción.
Tal vez él no sepa nada de esto, él llega y se va, más frecuentemente lo primero, más inocuamente lo primero. Lo segundo es lo que me mata, me deja vacío, me deja sin reino, me deja sin dueño y me deja sin vida por dentro. ¿Dónde está su voz? ¡La necesito para mí inmediatamente! De nuevo pido disculpas, quise decir voces.
La última vez que estuvimos juntos, estuve en un bosque perdido por 6 minutos y 57 segundos, su voz aparecía por la izquierda, luego por la derecha, entonces daba un giro por arriba y terminaba pisándome las plantas de los pies, haciendo contacto, la fina seda de su voz con la áspera y desgarradora infamia del silencio. El bosque era tan denso que al estirar la mano, ésta se perdía a pocos centímetros de mis ojos, se confundía con él, se perdía en Steven, entraba por su tercera costilla falsa y lo atravesaba, salía por su boca y por su ojo regresaba.
Al final me susurraba
"When will we meet again sweet heart?
When shall we meet again?
When the autumn leaves that fall from the trees
Are green and spring again."
Awesome picture by kourinthellama
Sólo voy a decir: No más.
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