domingo, 17 de mayo de 2015

I

"superlativo de lo horrible"
Dicho por nocturna irresistible,
Flor oscura de gigantesca finura,
ciérrate, caníbal, traga entera
mi figura.

Tanto que te he pedido que no me dejes en el olvido,
cuadra-te que yo me cuadro, un olvido es un abrazo,
polvo eres y algo quieres, eterna misa solemne.
Cuída-me que yo te cuido, mi alma se lanza a tu vacío.

Vórtice delicado, acuoso y vanidoso,
cuida tu belleza así esté escondida.
Maldita sea la traición que hoy te ofrezco,
cándido queda ahora el corazón dormido.

Ahora susurro a tu oído
silencio de vidas pasadas,
saliva salada, sedosa sangría.
Labios de fruta, dientes divinos.

Es la sonrisa del mar que en tu piel se ha quedado,
pegada la playa de saliva y un dedo de mi mano.
Un pequeño mordisco, un abraso del sol.
déjame quieto mi amor, déjame quieto...
déjame ir al cielo.

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