jueves, 27 de junio de 2013

querido niño dios

Querido niño dios


Siendo un niño de corazón, como siempre lo seré (sincero, caprichoso e ingenuo), quería escribirte por última vez para decirte que eres un terrible trabajador. 

Niño Jesus, o dios, o ambos o los 3... te pedí durante muchos años un buen regalo, recuerdo hacer una lista de regalos cuando tenía 5 o 6 años, en ella estaba un juego de Spiderman para el Nintendo, nunca me lo diste, me diste ropa, para que mierdas quería yo ropa en ese entonces, si todavía no sentía la vergüenza de estar desnudo. En cambio el juego que te pedí, era lo que mi alma más quería, y sentía que lo merecía; por eso además, creo que hay ocasiones en las que puedes ser injusto.

Cómo la vez que te pedí un buso, después de años de pedirte juegos y consolas y legos y cosas. decidí pedirte algo que me pudieras dar. Pero en tu lunaticidad me diste un buso feo. No solo feo, también demasiado pequeño, las mangas no me llegaban a las muñecas, y yo estaba creciendo, y el buso se encogía. Entonces aprendí que pedir por los méritos de tu infancia para que nada me fuera negado; era una estrategia publicitaria engañosa.

Hace 2 días, el día de mi cumpleaños número 22, me di cuenta que ya estaba demasiado grande para creer en ti, y decidí que ya no eras necesario en mi vida, un poco tarde ya sé, pero no podría reiterar más en el hecho de ser un niño de corazón. Querido niño Jesus, no me traigas nada, ni de cumpleaños ni de navidad, ni de nada. Mejor dale regalos a quienes más los necesitan, aunque dudo del correcto desarrollo de esta petición. Yo mientras tanto agradeceré a mi mamá y a mi novia por haberme dado el iPad que quería. Nunca más pediré por los méritos de tu infancia para evitar desilusiones innecesarias. 

Gracias.

atte.:

Andrés Guerrero


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