domingo, 2 de diciembre de 2012

Dreams... I remember


Un relato sobre un sueño que me encontré en uno de mis viejos y polvorientos blogs, me leí y me gustó, bien olvidado si lo tenía!

Lo pulí un poco para arreglar algunas cositas, nada serio, redacción, tildes y mayúsculas. Además le puse título! :D

no siendo más:


Destino



Blanco y negro, el estilo sobra, tablero de ajedrez como nuevo, no hay gris, no se juntan.

Ellos tampoco, están separados, blanco y negro, nunca en gris, aun así tan unidos como solo ellos pueden estar. y el tablero de ajedrez.

La soledad la embarga, incontenible ráfaga de dolor y ausencia, seguido por incontrolables ganas de verlo, el blanco no puede esperar, el negro quiere ser gris por primera vez.

El lugar de difícil acceso, blanca la nieve, negros los arboles, la sombra de los mismos se confundía y creaba un efecto de espejo en diagonal, que convertía en una sombra de monjas arrodilladas en dirección al dios sol todos los arboles del bosque, toda una iglesia sin techo, con un techo azul eterno.

La mujer golpea la puerta de la cabaña del hombre, creada por sus propias manos según él, esto, tan negro como el blanco.

La mujer es inquieta y posee una incontrolable sed de la sal impregnada en el cuerpo de su amor, su lejanía la había vuelto así, vampíricamente sedienta.

El amanecer tomó su paso sobre el negro cielo, el reflejo de la nieve sobre los arboles y el suelo creaban una atmósfera de neblina, y si se detallaba el suelo, se podía ver como brillaba
como un espejo que niega la existencia de lo que tiene al frente, y refleja un blanco eterno imperturbable, no hay nada negro en él.

La mujer sale mientras el hombre duerme, el blanco reflejo de la nieve la aturde por un segundo, y la hace ver colores no descriptibles, imaginables pero imposibles de reproducir para el artífice de esta cinta.

El camino por el que se llegaba a la cabaña apenas se distinguía por un suave gris, la noche anterior había nevado por pocos segundos, pero suficientes para crear un manto ligero de pureza, ahora en conflicto con la luz del dios sol.

Con solo una camisa sobre el desnudo cuerpo de la mujer, se adentra en el bosque, hipnotizada por la belleza del paisaje, ignorando por completo el factor clima, comienza a caminar sin rumbo fijo. Aunque el sol la golpeaba de frente, no arrugaba la frente si quiera, era como el paraíso para ella, y no quería perderse ni un segundo de esa blanca pureza.

De pronto, el blanco se rompe por un rojo mezclado con el blanco de la nieve, la sangre ahora es rosa, ella reacciona y sale corriendo hacia al cabaña, alcanza la puerta y la cierra de golpe, despertando al hombre.

Las nubes cubren el cielo, el blanco se torna negro, y un suspiro de alivio se produce.

La historia suena imposible para el hombre, rombos en un tablero de ajedrez, 3 jugadores en él...
la existencia de lobos en la zona era inverosímil, y mas aun uno blanco, y de 2 casillas de tamaño, la torre desesperaría, pero la reina alcanzo a escapar a su casilla negra, y el tablero no se tiño de rojo como estaba previsto.

Las manchas en el rostro del hombre cambian de forma, el fuego, producido por la esquina de leña y piedras, no es el hacedor de este efecto, más bien el matizante, y el eje de la respuesta.

El hombre parece tener todo claro, comenta la perturbadora historia sobre su posible maldición, las monjas que los arboles personifican ponían su alimento sobre el hombre, y al desfallecer se inclinaban hacia su lado, amenazando con terminar con su existencia, la imposibilidad de este hecho asustaba a la mujer, un jaque cuando parecía ir ganando?

La mala suerte no puede ser tan imprudente, pero no había nada que hacer, sino esperar.

El hombre no descansaba en paz, en el instante que se cubrió de negro la vista de la mujer, salió al bosque, planeo su salvación, los puntos cardinales se deformaban para cumplir su destino.

Nada podía separarlo, el filo de el hacha descansaba sobre la nieve, el mango junto a él, y solo quedaba esperar, el corte horizontal al árbol estaba a 3/4 de producir la caída, todos hacia el lado contrario de la posición del hombre, si era su destino, los 4 arboles caerían sobre él, y jaque mate mujer.

El frío de la madrugada comienza a amenazar el descanso de la mujer, busca el abrigo de su hombre,  no lo encuentra, alarmada sale a buscarlo, sabia que no era nada importante, pero en el fondo temía lo peor, el hombre nunca había estado mas decidido, era el momento, el ultimo golpe a cada árbol, el filo rompía su estabilidad, el tiempo calculado como el amanecer y el final del día.

La mujer lo distingue en el horizonte, los arboles se rompen, la cortina cae, y el hombre muere, todo termina. La gente no aplaude. Es un final triste. A nadie le gusta.

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